VERDAD – LECTURA
Lc 22,14—23,56
La liturgia de este Domingo de Ramos nos ofrece la narración de la Pasión del Señor según la versión del evangelista Lucas. Lo más conveniente es leer y releer el texto para que sea uno con nosotros, meditarlo en nuestro corazón, poner en práctica la enseñanza de Jesús. Por eso, no queremos extendernos mucho en dar una explicación del texto. Él habla por sí sólo. Simplemente algunas pinceladas que nos ayuden a orar con el mismo.
En el relato lucano de la Pasión del Señor podemos apreciar como se consuma todo lo que Jesús ha predicado durante su existencia terrena.
En la última cena, podemos ver como Jesús nos ofrece un ejemplo clarísimo de servicio, y como han de llevarlo a cabo todos aquellos que estén dispuestos a seguirle: “Entre vosotros, no ha de ser así, sino que el mayor entre vosotros será como el más joven, y el que mande como el que sirve.” (Lc 22,26).
En el Monte de los Olivos, nos muestra cómo en las dificultades lo más conveniente es ponerse en las manos del Padre y orar (Lc 22,39-46). El Padre nos confortará, nos dará su fuerza, vendrá en nuestro auxilio. Jesús está orando ante el Padre para que nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro testimonio no decaigan.
La pasión no es otra cosa sino la lucha entre el bien y el mal. Lucha que han de llevar a cabo, también, los discípulos del Maestro. Han de ser valientes, para vencer al mal, lo mismo que Jesús es valiente ante el sanedrín, ante los golpes, ante los azotes, ante el duro camino al calvario.
En la cruz, Jesús se entrega total y conscientemente para la salvación de la humanidad, para librarla de los lazos de la muerte y regalarles la vida eterna. Perdona sin condiciones a aquellos que le están infligiendo sufrimiento y lo están crucificando.
Es muy posible, que algún momento de nuestra vida, también, nosotros seamos perseguidos, Jesús nos da ejemplo de cómo afrontarlo: perseverando en su seguimiento, perdonando a los que nos persiguen y haciendo el bien a todos, hasta nuestro último aliento de vida.
CAMINO – MEDITACIÓN
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
- ¿Cómo te comportas con los demás, con las personas que están a tu alrededor, con aquellos con los que convives? ¿Eres el que sirve o el que manda?
- ¿En momentos de dificultad acudes al Padre para que te conforte, para que te ayude, para que te sostenga?
- ¿Eres valiente para testimoniar el evangelio, la misericordia del Padre y la bondad de Jesús? ¿Eres consciente de que el Espíritu en esos momentos está viniendo en tu ayuda? ¿Lo invocas?
- ¿Quieres y asumes ser testigo de Jesús, de su pasión muerte y resurrección? ¿De que manera puedes dar testimonio del Señor en tu vida cotidiana?
VIDA – ORACIÓN
Hoy os invitamos a orar con la letra de la canción Antes de ser llevado a la muerte de Tirso Vaquero.
ANTES DE SER LLEVADO A LA MUERTE,
VIENDO JESÚS SU HORA LLEGAR,
MANIFESTÓ SU AMOR A LOS HOMBRES
COMO NO HICIERA NADIE JAMÁS.
Toma en sus manos pan y les dice:
“esto es mi cuerpo, todos comed».
Y levantó la copa de vino:
«esta es mi sangre que os doy a beber».
Cuerpo bendito que se reparte,
por mil caminos hecho manjar:
buscas a todos para sanarlos.
Tú le devuelves al hombre la paz.
«El que se precie de ser mi amigo,
siga mi ejemplo, siga mi amor,
salga al encuentro de mis hermanos,
dando la vida lo mismo que Yo».
Cuerpo de Cristo, cuerpo entregado,
muerto en la cruz por nuestra maldad,
grano de trigo resucitado,
germen de vida de la humanidad.