VERDAD – LECTURA
Habacuc 1,2-3;2,2-4
2¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que tú escuches? Yo te grito: «¡Violencia!», y tú no salvas. 3¿Por qué me haces ver tantas injusticias y tú aceptas el espectáculo de la opresión? Ante mí no hay más que robos y violencia, por todas partes hay querellas y discordias. 22Y el Señor me respondió: «Escribe la visión, grábala en tablillas, para que pueda leerse con facilidad; 3pues es aún una visión para una fecha fija, llegará a su término y no fallará; si tarda, espérala, pues llegará en el momento preciso». 4El que no es justo sucumbirá, pero el justo por su fidelidad vivirá.
Nada sabemos de su entorno familiar o social del profeta Habacuc. Es posible, que ejerciera su ministerio entre los años 605-600 a.C. Es uno de los llamados 12 profetas menores. Primer profeta que se atreve a preguntar a Yahveh acerca de la injusticia que observa a su alrededor, Éste responde invitándole a la paciencia y a seguir confiando en la providencia y bondad de Dios; teniendo en cuenta que, muchas veces, las injusticias aparecen a causa de nuestro alejamiento e infidelidad hacia Dios.
El libro de Habacuc tiene tres partes: la primera es un diálogo entre Yahveh y el profeta acerca de la situación de opresión que está sufriendo Israel; en la segunda se encadenan una serie de condenas hacia los explotadores; la tercera es un “salmo” de gran belleza que ensalza la salvación de Dios.
¿Por qué tanta violencia en el mundo? ¿Hasta cuando continuaremos con esa situación? Estas son las preguntas que el profeta dirige a Dios en esta lectura. Yahveh le responde, invitándolo a la esperanza. Es necesario esperar el momento oportuno de la actuación de Dios.
El que no es justo sucumbirá. El injusto es aquel que no pone en practica la palabra del Señor. Sin embargo, el justo gracias a su fidelidad vivirá.
Hoy podemos preguntarnos acerca de nuestra fidelidad a la alianza con Dios y las veces en que nos alejamos de Él.
CAMINO – MEDITACIÓN
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
- ¿Eres consciente de las injusticias que puedes encontrar a tu alrededor? ¿Cuáles crees que pueden ser las causas de las misma? ¿Puedes hacer algo para combatirlas?
- ¿Estás atento a las veces que Dios intenta entrar en diálogo contigo? ¿Acoges su Palabra e intentas meditarla cada día?
- ¿Intentas mantenerte en fidelidad a la alianza con Dios? ¿Intentas vivir la vida como un verdadero cristiano?
- ¿Te consideras a ti mismo profeta de esperanza? ¿Qué acciones deberías emprender para ello?
VIDA – ORACIÓN
Salmo 119,49-64
49Recuerda la palabra que me diste, en la que hiciste que pusiera mi esperanza; 50esto ha sido mi consuelo en la miseria: tu promesa.
51Los orgullosos se han burlado bien de mí, pero yo no me he apartado de tu ley.
52Me acuerdo de tus sentencias de otro tiempo, ellas son mi consuelo.
53Me lleno de indignación ante los malhechores, que abandonan tu ley; 54tus decretos son el objeto de mi canto en mi mansión de peregrino; 55por la noche, Señor, me acuerdo de tu nombre, para guardar tu ley; 56ésta es mi tarea: observar tus preceptos.
57He dicho, Señor, que ésta es mi suerte: guardar tus palabras.
58Yo te imploro de todo corazón; ten compasión de mí conforme a tu promesa.
59Examino mi conducta y dirijo hacia tus órdenes mis pasos; 60me doy prisa y no pierdo un instante en guardar tus mandamientos; 61las redes de los malhechores me han aprisionado, pero yo no he olvidado tu ley; 62me levanto a media noche a darte gracias por tus sentencias justas; 63soy amigo de todos tus amigos, que guardan tus preceptos; 64la tierra está llena de tu amor; haz que aprenda tus decretos.