“¿QUÉ HACÉIS AHÍ MIRANDO AL CIELO?” – LECTIO DIVINA DE LA PRIMERA LECTURA – ASCENSIÓN DEL SEÑOR (CICLO C)

VERDAD – LECTURA

Hechos 1,1-11

1 Querido Teófilo: En mi primer libro traté de todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio

 2 hasta el día en que subió al cielo después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había elegido bajo la acción del Espíritu Santo.

 3 Después de su pasión se presentó a ellos, dándoles muchas pruebas evidentes de que estaba vivo: se apareció durante cuarenta días y les habló de las cosas del reino de Dios.

 4 Una vez que estaba comiendo con ellos les mandó que no saliesen de Jerusalén, sino que aguardasen la promesa del Padre, de la que os hablé;

 5 porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días.

 6 Los que estaban con él le preguntaron: «Señor, ¿vas a restablecer ya el reino de Israel?».

 7 Les respondió: «No os toca a vosotros saber los tiempos y las circunstancias que el Padre ha fijado con su autoridad;

 8 pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros para que seáis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra».

 9 Dicho esto, lo vieron subir, hasta que una nube lo ocultó a su vista.

 10 Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se iba, cuando se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco,

 11 que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este Jesús que acaba de subir al cielo volverá tal como lo habéis visto irse al cielo».

Hoy oramos con los primeros versículos del prólogo del Libro de los Hechos de los Apóstoles; los cuales hacen, también, de nexo de unión entre éste y el Tercer Evangelio. Aquí se nos ofrece una síntesis del ministerio público de Jesús, además de algunas indicaciones dedicadas a sus discípulos.

Lucas nos relata como Jesús se ha ido apareciendo a sus discípulos para darle pruebas de que estaba vivo. De alguna manera, Jesús quería que sus discípulos hicieran experiencia de su resurrección y que tuvieran la esperanza de que recibirían el Espíritu Santo, el cual les capacitará para anunciar el Reino en todos los confines de la Tierra.

Ahora bien, el Reinado de Dios no tiene nada que ver con el concepto que ellos tenían del reino de Israel. El Reinado de Dios no se fundamenta en el poder, la violencia, la fuerza; éste se fundamenta en el amor, la clemencia, la caridad, la misericordia. Y esto es lo que tendrán que anunciar los discípulos.

Ellos reciben la misión, pero será el Espíritu Santo quien les guiará en la misma. ¿Hacia dónde? Hasta los confines del mundo. Tampoco serán ellos quienes marquen los tiempos o las circunstancias, eso corresponde al Padre. Los discípulos lo que tienen que hacer, a pesar de las dificultades y persecuciones, es proclamar que el Reinado de Dios está presente entre nosotros.

Es muy importante hacernos consciente de las últimas palabras de los dos hombres vestidos de blanco: “¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?” Porque es importante que no nos quedemos asombrados y paralizados, ni siquiera ante hechos asombrosos. Con la fuerza del Espíritu Santo, hemos de ponernos en marcha para anunciar que Jesús está vivo y que quiere regalarnos el amor incondicional del Padre. Eso sí, la fuerza del Espíritu Santo hemos de tomarla de la oración y de la contemplación de Jesús; pero es muy importante que no nos quedemos embobados; la espera cristiana no es una espera pasiva, si no activa.

CAMINO – MEDITACIÓN

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
  • ¿Cuál es tu experiencia de Jesús Resucitado? ¿Cómo le experimentas en tu día a día?
  • ¿Qué concepto del Reino de Dios tienes? ¿Es el Reino del amor, la misericordia y la cercanía de Dios?
  • Tú también has recibido la misión de difundir el Reino de Dios por todos los confines de la tierra, ¿cómo estás llevando a cabo dicha misión?
  • ¿Cómo afrontas los peligros, dificultades y persecuciones a causa del Reino?
  • ¿Cómo mantienes la esperanza en la próxima venida de Jesús? ¿Tú espera es pasiva o activa?

VIDA – ORACIÓN

Salmo 96

1Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor toda la tierra;

2cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su salvación;

3publicad su gloria entre las gentes, sus portentos entre todos los pueblos.

4Grande es el Señor y digno de alabanza, más temible que todos los dioses.

5Pues los dioses de los otros pueblos no son nada, mientras que el Señor hizo los cielos;

6su presencia está llena de esplendor y majestad, y su santuario, de potencia y hermosura.

7Familias de los pueblos, rendid ante el Señor, rendid ante el Señor la gloria y el poder,

8rendid ante el Señor la gloria de su nombre, presentad vuestra ofrenda y entrad en sus atrios;

9adorad al Señor con ornamentos santos, temblad delante de él, oh tierra toda.

10Decid por las naciones: «El Señor es rey, él afirmó el mundo, y no se moverá; él juzga  los pueblos con justicia».

11Que se alegre el cielo y goce la tierra, que retumbe el mar y todo lo que encierra,

12que sonrían los campos con sus frutos, que griten de alegría los árboles del bosque

13delante del Señor, porque ya viene, porque viene para gobernar la tierra, para implantar en el mundo la justicia, y entre todos los pueblos la lealtad.

«Vosotros sois testigos de esto». Lectio Divina Domingo de la Ascensión del Señor – Ciclo C

VERDAD – LECTURA

Evangelio: Lc 24,46-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la promesa de mi Padre; vosotros, por vuestra parte, quedaos en la ciudad hasta que os revistáis de la fuerza que viene de lo alto”. Y los sacó hasta cerca de Betania y, levantando sus manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

         Jesús hoy, quiere invitarnos a ser testigos de su evangelio y a difundirlo por todas las naciones.

         Estaba escrito que el mesías tenía que sufrir y resucitar de entre los muertos. Es decir, no sólo debía sufrir, para asumir en su propia persona el dolor humano, sino que, además, al tercer día resucitaría. Por tanto, Jesús está vivo entre nosotros. La entrega realizada por Cristo, por amor, no concluye con la muerte, esa entrega comienza nuevamente con la resurrección.

         Y porque está vivo, está presente en la vida de los seres humanos y quiere ofrecerles una vida en plenitud. Aunque, para ello, quiere servirse de sus seguidores, de sus discípulos; ellos son los testigos de su vida, su muerte y su resurrección. Testigo de Jesús quiere decir que, quien habla lo hace desde la experiencia de lo que han vivido al lado del Maestro; de la experiencia que han hecho de Jesucristo y con Jesucristo.

Ahora bien, para poder experimentar a Jesús, lo primero que hemos de hacer es cambiar de vida, cambiar nuestra perspectiva de las cosas, cambiar nuestro punto de vista, ver las cosas tal y como las ve Jesús, vivirlas desde Él, acoger y transmitir su mensaje y la vivencia de su persona. A Dios solo se le puede conocer desde la experiencia.

         Para acompañarle e impulsarles a dar testimonio del evangelio, el Padre envía al Espíritu Santo. Él se convierte en nuestro compañero de camino, que nos apoya, ayuda a levantarnos, nos indica el camino…

         Y llega el momento de la despedida, cerca de Betania, lugar de encuentro, de amistad, de dialogo. Se aleja de ellos regalándoles su bendición, regalándoles su presencia para siempre, regalándoles su gracia. Y ante un misterio tan grande, únicamente les queda adorar. Adorar y alegrarse porque a pesar de que todo aquello parece una despedida, en realidad no lo es. Jesús está y estará siempre con nosotros. Por eso vuelven contentos a Jerusalén. Jesús se despide para quedarse.

         Vuelven a Jerusalén y estaban continuamente en el Templo bendiciendo a Dios.

Concluye este evangelio de Lucas en el mismo lugar que empezó con Zacarías: en el Templo. Concluye el evangelio bendiciendo y alabando a Dios.

CAMINO – MEDITACIÓN

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado más la atención, te ha gustado más, te ha tocado el corazón? ¿Qué quiere decirte Dios aquí y ahora, en este momento, con ello?
  • Jesús, al igual que en el momento de la Ascensión, nos envía a ser testigos de su evangelio en nuestra vida cotidiana, ¿cómo asumes esta llamada en tu vida? ¿Qué acciones pones en práctica?
  • La muerte no ha tenido la última palabra, la última palabra la tiene la resurrección y la vida, precisamente a anunciar y proclamar la vida nos envía Jesús. ¿Eres testigo de la vida?
  • ¿Hacer experiencia quiere decir estar con la persona, relacionarse con ella, escucharla, dialogar con ella…? ¿Cómo es tu experiencia de Jesús? ¿Anuncias esa experiencia a los demás?
  • ¿Eres consciente de la importancia del Espíritu Santo en tu vida? ¿Te relacionas con Él habitualmente?
  • Jesús nos regala su presencia para siempre.

VIDA – ORACIÓN

  • Como los apóstoles, alaba a Dios Padre por los regalos que cada día nos hace.
  • Da gracias a Jesús por haberse quedado entre nosotros, por su presencia. Acoge esa presencia e intenta vivirla con intensidad.
  • Pide al Espíritu Santo que descienda sobre ti con sus dones para que anuncies la Resurrección de Jesucristo a todos lo que te rodean.

“ID AL MUNDO ENTERO Y PROCLAMAD EL EVANGELIO” – LECTIO DIVINA DEL EVANGELIO DE LA SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (CICLO B)

VERDAD – LECTURA

Evangelio: Mc 16,15-20

En la celebración de la solemnidad de la Ascensión del Señor, la liturgia nos ofrece la narración de este acontecimiento, según la versión recogida en el evangelio de Marcos.
En este pasaje evangélico, Jesús, no sólo asciende a los cielos, sino que además envía a los once a la misión. Una misión que consiste en dar a conocer la Buena Nueva a toda la creación. Hemos de notar la universalidad de este hecho, expresada en dicho envío: Id al mundo entero y proclamad la Buena Nueva a toda la creación (16,15). La reacción de los destinatarios de esta misión puede ser de acogida o de rechazo. Acoger el evangelio conlleva el dejarse bautizar, conlleva convertirse en discípulo de Jesús y conlleva la salvación. Y a los que crean les acompañarán una serie de signos: a) expulsarán demonios; b) hablarán nuevas lenguas; c) agarrarán serpientes con sus manos y aunque beban un veneno no les dañará; d) impondrán las manos a los enfermos y sanarán. Veamos cada uno de estos signos.

a) Expulsarán demonios. A quienes crean, Jesús les da el poder de combatir el mal. Les da poder para expulsar el mal de sus vidas y de las vida de los demás.

b) Hablarán nuevas lenguas. Quienes acojan a Jesús, tendrán la capacidad de comunicarse con los demás de una forma nueva y distinta. Esa nueva forma de comunicarse es el lenguaje del amor. Un lenguaje que todo el mundo es capaz de entender.

c) Agarrarán serpientes con sus manos y aunque beban un veneno no les dañará. La serpiente si te pica, te inocua su veneno y puede conducir a la muerte; lo mismo que ocurre cuando alguien bebe un veneno. Y son muchas las actitudes, las actuaciones, los modos de envenenar las relaciones entre las personas, sobre todo cuando lo que no prima es el amor. Pero quien vive en la dinámica de Jesús, quien vive y hace suyo el mandamiento del amor es capaz de pasar por encima de estos venenos.

d) Impondrán las manos a los enfermos y sanarán. En cualquier lugar en el que Dios está presente, la persona excluida de la sociedad, la persona desdichada, la persona en dificultades, los últimos de la sociedad son acogidos por la comunidad, son amados y son acompañados. Esta es la mejor manera de sanación.

Una vez, que Jesús envía a los suyos a la misión, una vez que nos envía a nosotros, sólo queda salir a predicar la Palabra, la cual será confirmada por los signos. A través de nosotros, Jesús continúa su misión. Nosotros somos sus pies, sus manos, sus ojos, su corazón. Y hemos de ir preferencialmente, no exclusivamente, a sus preferidos: los pobres.

A todas las criaturas, a todos los confines del mundo ha de llegar la alegría y la esperanza del evangelio.

CAMINO – MEDITACIÓN

• ¿Qué versículo, frase, palabra ha llamado especialmente tu atención? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios con ello en este momento concreto de tu vida?

• En el día de hoy, también te envía Jesús, ¿Cuál es tu repuesta?

• ¿Eres consciente de que si crees a Jesús y asumes su misión te acompañarán los signos descritos en el evangelio? ¿Se verifican de algún modo en tu vida?

• ¿Has asumido que eres los pies, las manos, la mente, el corazón de Jesús presente en el mundo de hoy? ¿Qué implicaciones tiene esto para ti?

• ¿Qué significado tiene para ti el amor preferencial, que no exclusivo, hacia los pobres?

VIDA – ORACIÓN

• Alabo a Dios por llamarme a la misión de de llevar el evangelio a todas las criaturas y a todos los confines de la tierra.

• Doy gracias a Jesús por los signos que me acompañan al dar Jesús a los demás.

• Le ofrezco mi vida a Dios para entregarme a la difusión universal del evangelio, empezando por las personas que están más cercanas a mí.

• Pido a Dios Padre que me ayude a ver el rostro de Jesús en los excluidos de la sociedad.

• Id al mundo entero y proclamad la Buena Noticia a toda la creación.

“¿QUÉ HACÉIS AHÍ PLANTADOS MIRANDO AL CIELO?”. LECTIO DIVINA DE LA PRIMERA LECTURA – SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (CICLO B)

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VERDAD – LECTURA

Hechos 1,1-11

1Querido Teófilo: En mi primer libro traté de todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio 2hasta el día en que subió al cielo después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había elegido bajo la acción del Espíritu Santo.

3Después de su pasión se presentó a ellos, dándoles muchas pruebas evidentes de que estaba vivo: se apareció durante cuarenta días y les habló de las cosas del reino de Dios.

4Una vez que estaba comiendo con ellos les mandó que no saliesen de Jerusalén, sino que aguardasen la promesa del Padre, de la que os hablé; 5porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días. 6Los que estaban con él le preguntaron: «Señor, ¿vas a restablecer ya el reino de Israel?». 7Les respondió: «No os toca a vosotros saber los tiempos y las circunstancias que el Padre ha fijado con su autoridad; 8pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros para que seáis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra».

9Dicho esto, lo vieron subir, hasta que una nube lo ocultó a su vista.

10Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se iba, cuando se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, 11que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este Jesús que acaba de subir al cielo volverá tal como lo habéis visto irse al cielo».

Hoy oramos con los primeros versículos del prólogo del Libro de los Hechos de los Apóstoles; los cuales hacen, también, de nexo de unión entre éste y el Tercer Evangelio. Aquí se nos ofrece una síntesis del ministerio público de Jesús, además de algunas indicaciones dedicadas a sus discípulos.

Lucas nos relata como Jesús se ha ido apareciendo a sus discípulos para darle pruebas de que estaba vivo. De alguna manera, Jesús quería que sus discípulos hicieran experiencia de su resurrección y que tuvieran la esperanza de que recibirían el Espíritu Santo, el cual les capacitará para anunciar el Reino en todos los confines de la Tierra.

Ahora bien, el Reinado de Dios no tiene nada que ver con el concepto que ellos tenían del reino de Israel. El Reinado de Dios no se fundamenta en el poder, la violencia, la fuerza; éste se fundamenta en el amor, la clemencia, la caridad, la misericordia. Y esto es lo que tendrán que anunciar los discípulos.

Ellos reciben la misión, pero será el Espíritu Santo quien les guiará en la misma. ¿Hacia dónde? Hasta los confines del mundo. Tampoco serán ellos quienes marquen los tiempos o las circunstancias, eso corresponde al Padre. Los discípulos lo que tienen que hacer, a pesar de las dificultades y persecuciones, es proclamar que el Reinado de Dios está presente entre nosotros.

Es muy importante hacernos consciente de las últimas palabras de los dos hombres vestidos de blanco: “¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?” Porque es importante que no nos quedemos asombrados y paralizados, ni siquiera ante hechos asombrosos. Con la fuerza del Espíritu Santo hemos de ponernos en marcha para anunciar que Jesús está vivo y quiere regalarnos el amor incondicional del Padre. Eso sí, la fuerza del Espíritu Santo hemos de tomarla de la oración y de la contemplación de Jesús; pero es muy importante que no nos quedemos embobados; la espera cristiana no es una espera pasiva, si no activa.

CAMINO – MEDITACIÓN

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
  • ¿Cuál es tu experiencia de Jesús Resucitado? ¿Cómo le experimentas en tu día a día?
  • ¿Qué concepto del Reino de Dios tienes? ¿Es el Reino del amor, la misericordia y la cercanía de Dios?
  • Tú también has recibido la misión de difundir el Reino de Dios por todos los confines de la tierra, ¿cómo estás llevando a cabo dicha misión?
  • ¿Cómo afrontas los peligros, dificultades y persecuciones a causa del Reino?
  • ¿Cómo mantienes la esperanza en la próxima venida de Jesús? ¿Tú espera es pasiva o activa?

VIDA – ORACIÓN

Salmo 96

1Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor toda la tierra;

2cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su salvación;

3publicad su gloria entre las gentes, sus portentos entre todos los pueblos.

4Grande es el Señor y digno de alabanza, más temible que todos los dioses.

5Pues los dioses de los otros pueblos no son nada, mientras que el Señor hizo los cielos;

6su presencia está llena de esplendor y majestad, y su santuario, de potencia y hermosura.

7Familias de los pueblos, rendid ante el Señor, rendid ante el Señor la gloria y el poder,

8rendid ante el Señor la gloria de su nombre, presentad vuestra ofrenda y entrad en sus atrios;

9adorad al Señor con ornamentos santos, temblad delante de él, oh tierra toda.

10Decid por las naciones: «El Señor es rey, él afirmó el mundo, y no se moverá; él juzga  los pueblos con justicia».

11Que se alegre el cielo y goce la tierra, que retumbe el mar y todo lo que encierra,

12que sonrían los campos con sus frutos, que griten de alegría los árboles del bosque

13delante del Señor, porque ya viene, porque viene para gobernar la tierra, para implantar en el mundo la justicia, y entre todos los pueblos la lealtad.

“Id y haced discípulos a todos los pueblos”. Lectio Divina del Domingo VII de Pascua – Ciclo A. Solemnidad de la Ascensión del Señor.

Esta semana, os ofrecemos la Lectio Divina preparada por nuestra colaboradora, Yolanda Muñoz Estepa, de Valencia. Le damos las gracias por su generosidad.

VERDAD – LECTURA

Evangelio: Mateo 28,16-20

Ha llegado la hora en la que el Hijo del Hombre vuelve de nuevo al Padre, como nos viene anunciando en estos últimos días. Estamos celebrando el día de la Ascensión. Y como estamos en el ciclo A, leemos el final del evangelio según san Mateo. El contexto se repite un domingo más: Jesús se despide de los once. Esta despedida tiene lugar en el monte que Jesús había indicado.

Pero si la semana pasada los discípulos aparecían turbados, hoy, los discípulos se postran. Es la actitud que adquieren porque saben que aquel que tienen delante de ellos no es un cualquiera, sino que es Dios y ante Dios, sólo cabe la adoración y la reverencia, aunque sigue diciendo el versículo 17 que «algunos dudaron» y es que no todos comprendían lo que Jesús les quería decir.

Jesús «acercándose a ellos» les dice: «Se me ha dado poder en el cielo y en la tierra» (v.18). ¡Qué grande es la pedagogía del Maestro! Es Jesús quien se acerca a ellos. Y porque ya ha resucitado, se muestra glorioso, con poder en el cielo y en la tierra.

A continuación vienen dos verbos en imperativo: «id y haced» que nos indican mandato. Un mandato que ya había cumplido Jesús, porque Él vino a hacer la voluntad del Padre y que ahora tienen que continuar los once. Se trata de hacer «discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», porque el bautismo nos vincula no sólo con Cristo, sino con toda la obra de la salvación que surge en el seno de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu. Esta es la tarea que tiene la primitiva comunidad. Una tarea universal, porque les envía «a todos los pueblos», a quienes tienen que enseñarles a guardar lo que Jesús les ha mandado.

Una tarea misionera en la que los discípulos no están solos porque Jesús les hace una promesa:«sabed que yo estoy con vosotros todos los días». Y como donde está el Hijo están también el Padre y el Espíritu Santo, tenemos la certeza de que a pesar de su vuelta al Padre, los once no quedaron solos. Estaban habitados por el Espíritu que ilumina y fortalece, que impulsa, que guía, que orienta, que defiende y transforma, y acompaña a los once «hasta el final de los tiempos».

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CAMINO-MEDITACIÓN

  • ¿Qué te ha llamado más la atención del texto? ¿Una palabra, una frase? ¿Por qué esa y no otra?
  • Jesús no les priva a los once de la duda. ¿Has dudado alguna vez de    Jesús?
  • Aunque la duda te embargue en alguna ocasión, ¿te has acercado a Él para contárselo?
  • ¿Has sentido alguna vez que Jesús es quien se acerca a ti? ¿Cuándo y  cómo lo has notado?
  • ¿Has intentado alguna vez hacer discípulos de Jesús? ¿Cómo ha sido tu  experiencia? ¿Te has sentido solo?
  • ¿Eres consciente que el Espíritu Santo te acompaña hasta el último día? ¿Cómo te preparas para acogerlo?

VIDA-ORACIÓN

  • Acércate al Señor, como Él se acercó a los once. Cuéntale todas tus     dudas, tus miedos, las cosas que no entiendes, las que te preocupan.
  •  Dale las gracias porque Él se acerca a ti, porque te ama, porque se ocupa de tus cosas.
  • Escucha cómo te pide que vayas a hacer discípulos a todo el mundo, comenzando siempre por los más cercanos.
  • Ponte en sus manos y pídele al Espíritu Santo que inunde tu corazón y lo transforme.

Yolanda Muñoz Estepa

Lectio Divina de la Solemnidad de la Ascensión del Señor – Ciclo B (Mc 16,15-20)

LeChuaVeTroi-Phuong

VERDAD – LECTURA

EVANGELIO (Mc 16, 15-20)

En aquel tiempo se apareció Jesús a los doce y les dijo: «Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado se salvará, pero el que no crea se condenará. A los que crean les acompañarán estos prodigios: en mi nombre echarán los demonios; hablarán lenguas nuevas; agarrarán las serpientes y, aunque beban veneno, no les hará daño; pondrán sus manos sobre los enfermos y los curarán».Jesús, el Señor, después de haber hablado con ellos, subió al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes. El Señor cooperaba con ellos y confirmaba su doctrina con los prodigios que los acompañaban.

En la celebración de la solemnidad de la Ascensión del Señor, la liturgia nos ofrece la narración de este acontecimiento, según la versión recogida en el evangelio de Marcos. En este pasaje evangélico Jesús, no sólo asciende a los cielos, sino que además envía a los once a la misión. Una misión que consiste en dar a conocer la Buena Nueva a toda la creación. Hemos de notar la universalidad de este hecho, expresada en dicho envío: Id al mundo entero y proclamad la Buena Nueva a toda la creación (16,15). La reacción de los destinatarios de esta misión puede ser de acogida o de rechazo. Acoger el evangelio conlleva el dejarse bautizar, conlleva convertirse en discípulo de Jesús y conlleva la salvación. Y a los que crean les acompañarán una serie de signos: a) expulsarán demonios; b) hablarán nuevas lenguas; c) agarrarán serpientes con sus manos y aunque beban un veneno no les dañará; d) impondrán las manos a los enfermos y sanarán. Veamos cada uno de estos signos.

a) Expulsarán demonios.

A quienes crean, Jesús les da el poder de combatir el mal. Les da poder para expulsar el mal de sus vidas y de las vida de los demás.

b) Hablarán nuevas lenguas.roma-la-ascensión-del-fresco-del-señor-en-anima-del-dell-de-santa-maria-de-la-iglesia-de-francesco-salviati-partir-del-centavo-53001549

Quienes acojan a Jesús, tendrán la capacidad de de comunicarse con los demás de una forma nueva y distinta. Esa nueva forma de comunicarse es el lenguaje del amor. Un lenguaje que todo el mundo es capaz de entender.

c) Agarrarán serpientes con sus manos y aunque beban un veneno no les dañará.

La serpiente si te pica, te inocua su veneno y puede conducir a la muerte; lo mismo que ocurre cuando alguien bebe un veneno. Y son muchas las actitudes, las actuaciones, los modos de envenenar las relaciones entre las personas, sobre todo cuando lo que no prima es el amor. Pero quien vive en la dinámica de Jesús, quien vive y hace suyo el mandamiento del amor es capaz de pasar por encima de estos venenos.

d) Impondrán las manos a los enfermos y sanarán.

En cualquier lugar en el que Dios está presente, la persona excluida de la sociedad, la persona desdichada, la persona en dificultades, los últimos de la sociedad son acogidos por la comunidad, son amados y son acompañados. Esta es la mejor manera de sanación.

Una vez, que Jesús envía a los suyos a la misión, una vez que nos envía a nosotros, sólo queda salir a predicar la Palabra, la cual será confirmada por los signos. A través de nosotros, Jesús continúa su misión. Nosotros somos sus pies, sus manos, sus ojos, su corazón. Y hemos de ir preferencialmente, no exclusivamente, a sus preferidos: los pobres.

A todas las criaturas, a todos los confines del mundo ha de llegar la alegría y la esperanza del evangelio.

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CAMINO – MEDITACIÓN

• ¿Qué versículo, frase, palabra ha llamado especialmente tu atención? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios con ello en este momento concreto de tu vida?

• En el día de hoy, también te envía Jesús, ¿Cuál es tu repuesta?

• ¿Eres consciente de que si crees a Jesús y asumes su misión te acompañarán los signos descritos en el evangelio? ¿Se verifican de algún modo en tu vida?

• ¿Has asumido que eres los pies, las manos, la mente, el corazón de Jesús presente en el mundo de hoy? ¿Qué implicaciones tiene esto para ti?

• ¿Qué significado tiene para ti el amor preferencial, que no exclusivo, hacia los pobres?

VIDA – ORACIÓN

• Alabo a Dios por llamarme a la misión de de llevar el evangelio a todas las criaturas y a todos los confines de la tierra.

• Doy gracias a Jesús por los signos que me acompañan al  dar Jesús a los demás.

• Le ofrezco mi vida a Dios para entregarme a la difusión universal del evangelio, empezando por las personas que están más cercanas a mí.

• Pido a Dios Padre que me ayude a ver el rostro de Jesús en los excluidos de la sociedad.

• Id al mundo entero y proclamad la Buena Noticia a toda la creación.

Id y haced discípulos míos. Lectio Divina de la Ascensión del Señor

VERDAD – LECTURA

16En aquel tiempo los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús había señalado, y, 17al verlo, lo adoraron.

Algunos habían dudado hasta entonces. 18Jesús se acercó y les dijo: «Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. 19Id, pues, y haced discípulos míos en todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».

 

Después de la resurrección, Jesús se encuentra con sus discípulos en Galilea. Galilea es la tierra de la primera llamada a los discípulos, es el lugar en el cual los discípulos comenzaron el seguimiento de Jesús (Mt 4,18-22).

Pero además, este encuentro acontece en un monte que Jesús había señalado previamente. El monte para el pueblo de Israel, simbólicamente, es el lugar de la manifestación de Dios, del encuentro con Yahveh; en el evangelio de Mato, además, el monte es lugar en el cual, Jesús vence una de las tentaciones; es el lugar en el que él proclama las bienaventuranzas, el lugar en el que se transfiguró, allí donde él subía a orar.

Cuando los discípulos le ven, lo adoran. Una postura que solo adoptamos ante Dios. Aquí vemos como los discípulos reconocen la divinidad de Jesús. Aunque algunos de ellos, todavía, albergara algunas dudas en su corazón. Una vez disipadas esas dudas; los discípulos serán capaces de dar testimonio de Cristo Resucitado. Una vez que el Espíritu Santo venga sobre todos, y cada uno de los apóstoles, serán capaces de dar testimonio de la Buena Noticia, de anunciar que aquel que murió en una cruz ahora, porque así lo ha querido el Padre está vivo.

Entonces Jesús les habla: «Del Padre ha recibido todo poder en el cielo y en la tierra». Ahora Jesús es glorificado. Sube al cielo y el Padre le otorga el poder absoluto.

En este momento es cuando puede enviar a sus discípulos a la misión: «Id y haced discípulos míos a todas las naciones de la tierra» (Mt 28,19). No solo haDivino%20Maestron de proclamar la doctrina de Jesús, han de conseguir la plena adhesión a Jesús de aquellos con los que se encuentren, han de conseguir que todas las naciones de la tierra sigan al Maestro. En todas las naciones de la Tierra aparecerán nuevos discípulos de Jesús, que lleven la Buena Noticia del evangelio a otros. Es una nueva llamada al discipulado. Una nueva llamada que se hace concreta por medio de sus discípulos, de aquellos que han visto y oído las acciones y las palabras de Jesús. Una llamada que no se hace únicamente al pueblo judío, sino que se abre a todas las naciones de la Tierra

Los nuevos discípulos serán incorporados al camino de seguimiento de Jesús mediante el bautismo, y con ello entrarán en comunión con la Trinidad; se convertirán en propiedad de Dios, en amigos de Dios, en hijos de Dios. Una vez incorporados a Cristo, una vez que han aceptado a Jesús como único Salvador, deberán enseñarles a guardar su Palabra, a vivirla, a ponerla en práctica.

Para realizar esta misión, los apóstoles no estarán solos. No cabe duda que es una difícil misión, pero Jesús estará presente, caminará junto a ellos hasta el final de los tiempos. Él ha venido para ser Emmanuel: Dios con nosotros.

 

CAMINO – MEDITACIÓN

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha tocado el corazón? ¿Qué quiere decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
  • Los discípulos para encontrarse con Jesús vuelven al principio, a las raíces, a la primera llamada. ¿Qué te sugiere este hecho? ¿Cuál fue tu primera “Galilea”? ¿Dónde se produjo tu primera llamada? ¿Cómo fue? ¿A qué te invitó Jesús?
  • Busca en tu vida tus propios montes, aquellos lugares en los cuales Dios se te ha hecho presente, se te ha manifestado. ¿Qué sentimientos se despiertan en ti? ¿Qué te pidió Dios? ¿Qué te pide en este momento en este nuevo lugar de su manifestación, aquí y ahora?
  • Es normal que albergues dudas en tu corazón, ¿cómo se disipan esas dudas? ¿te acercas a la Palabra de Jesús para que sea luz y alimento para tu caminar diario? ¿te acercas a la eucaristía para que sea fuerza y te impulse en tu vivir cotidiano?
  • Hoy, también a ti, Jesús te envía a hacer discípulos suyos por toda la tierra, pero sobre todo a dar testimonio de Cristo resucitado entre los que te rodean. ¿De qué modo das testimonio de tu experiencia de Jesús?
  • ¿De qué forma te está preparando para volver a recordar el envío del Espíritu Santo? ¿Para hacerte consciente de su presencia en tu vida?

 

VIDA – ORACIÓN

  • Da gracias a Dios, y sobre todo a Jesús, por acompañarte en todo momento por el camino de la vida.
  • Pide perdón por aquellos momentos en los que no quieres ver la presencia de Dios, la manifestación de Dios en tu vida.
  • Permanece por unos instantes en adoración a Jesús. Háblale de tus dificultades en la misión de anunciar la Buena Nueva. Recuerda sus palabras: “yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Jesús está contigo y te acompaña, hace camino junto a ti, te enseña lo que tienes que anunciar.

Lectio Divina del Domingo de la Ascensión del Señor

 

VERDAD – LECTURA

Después de resucitar Jesús, se encuentra con sus discípulos en Galilea; la Galilea de los paganos. La región en la que, según Mateo, Jesús desarrolló su misión, lugar en el que todo comenzó. Pero además, este encuentro acontece en el monte que Jesús había señalado. El monte para el pueblo de Israel es el lugar de manifestación, de encuentro con Dios; pero además es donde Jesús vence una de las tentaciones, donde proclama las bienaventuranza, donde se transfiguró, donde subía a orar.

Cuando los discípulos le ven lo adoran, postura que sólo adoptamos ante Dios. Es el reconocimiento por parte de los discípulos de la divinidad de Jesús. Aunque algunos de ellos, todavía, albergan dudas en su corazón. Una vez disipada la duda, serán capaces de dar testimonio de Cristo Resucitado.

Entonces Jesús les habla: del Padre ha recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Ahora Jesús es glorificado. Sube al cielo y el Padre le otorga el poder absoluto.

En este momento es cuando puede enviar a sus discípulos a la misión: «Id y haced discípulos míos a todas las naciones de la tierra» (Mt 28,19). No sólo han de proclamar la doctrina de Jesús, han de conseguir la plena adhesión a Jesús de aquellos con los que se encuentren, han de conseguir que todas las naciones de la tierra vayan en pos del Maestro, sean nuevos discípulos. Y esta nueva llamada al discipulado, la hará por medio de sus discípulos de aquellos que han visto y oído las acciones y las palabras de Jesús, abriéndose al universalismo, a todas las naciones de la tierra, no sólo al pueblo judío.

Los nuevos discípulos serán incorporados al camino de seguimiento de Jesús mediante el bautismo, y con ello entrarán en comunión con la Trinidad, se convertirán en propiedad de Dios, en amigos de Dios, en hijos de Dios. Pero, además deberán enseñarles a guardar la palabra de Jesús.

Para realizar esta misión, los apóstoles no estarán solos. No cabe duda que es una difícil misión, pero Jesús estará presente, caminará junto a ellos hasta el final de los tiempos. Él ha venido para ser Emmanuel: Dios con nosotros.

CAMINO – MEDITACIÓN

  • ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha tocado el corazón? ¿Qué quiere decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?

  • Los discípulos para encontrarse con Jesús vuelven al principio, a las raíces. ¿Qué te sugiere este hecho?

  • Busca en tu vida tus propios montes, aquellos lugares en los que de alguna manera Dios se te ha hecho presente, se te ha manifestado. ¿Qué sentimientos se despiertan en ti?

  • ¿Qué postura adopto yo ante la presencia de Jesucristo? ¿De adoración? ¿De entrega? ¿De total adhesión?

  • Hoy, también a ti, Jesús te envía a hacer discípulos suyos por toda la tierra, pero sobre todo a dar testimonio de Cristo resucitado entre los que te rodean. ¿De qué modo das testimonio de tu experiencia a los pies del Maestro?

VIDA – ORACIÓN

  • Da gracias a Dios, y sobre todo a Jesús, por acompañarte en todo momento por el camino de la vida.

  • Pide perdón por aquellos momentos en los que no quieres ver la presencia de Dios, la manifestación de Dios en tu vida.

  • Deja que Jesús te diga: «Yo estoy contigo hasta el fin de los tiempos». Quédate con estas palabras durante un rato y deja aflorar tus sentimientos y tu oración.