VERDAD – LECTURA
Isaías 43,16-21
16Esto dice el Señor, el que abrió en el mar un camino, un sendero en las caudalosas aguas; 17el que hizo avanzar carros y caballos y un imponente ejército: ahora yacen tendidos para no alzarse más, se apagaron como una mecha que se extingue. 18¡No os acordéis de antaño, de lo pasado no os cuidéis! 19Mirad, yo voy a hacer una cosa nueva; ya despunta, ¿no lo notáis? Sí, en el desierto abriré un camino, y ríos en la tierra seca. 20Las bestias del campo me glorificarán, los chacales y las avestruces, porque yo daré agua en el desierto, y ríos en la tierra seca, para abrevar a mi pueblo, a mi elegido. 21El pueblo que yo he formado celebrará mi gloria.
El Señor nunca deja de sorprendernos. Y así lo hace en este fragmento del libro del profeta Isaías. Este pasaje pertenece al llamado deuteroisaías o segundo Isaías; ya que la autoría del libro se atribuye a un discípulo del Profeta que, con toda probabilidad, vivió la experiencia del destierro en Babilonia, aproximadamente en el siglo VI a.C. Éste pretende transmitir un mensaje de esperanza, estimulando al pueblo para que mantenga la confianza en Dios y en el retorno a la Tierra Prometida.
Y ese es precisamente el mensaje que comunicar en este pequeño fragmento que hoy nos ofrece la liturgia.
Comienza el texto con el recuerdo de la presencia y la ayuda que Yahveh prestó a su Pueblo durante la liberación de Egipto.
Pero no hay que centrarse en el pasado, ese es el consejo que Dios da a Israel. Hay que mirar el presente para proyectarse en el futuro, porque Él va ha nacer algo nuevo, que ya se puede intuir, ¿no lo notáis?
Nada tiene que ver con los acontecimientos o de con las actuaciones de Dios en el pasado. No podemos anclarnos en él. Si hemos de recordar, pero actualizando la acción salvífica de Dios. Lo que está ocurriendo y lo que va a ocurrir es algo mucho más grandioso; porque todo el universo está involucrado en esta transformación en favor del Pueblo de Israel.
Una vez más, podemos ver la misericordia, el amor y la cercanía de Dios hacia su pueblo y, por supuesto hacia nosotros. Un anticipo de la salvación y la felicidad plena que nos traerá Jesús de Nazaret. Y junto con Israel podemos celebrar la gloria de Dios.
CAMINO – MEDITACIÓN
- ¿Qué pasaje, versículo, frase o palabra te ha llamado la atención, te ha tocado el corazón? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios, aquí y ahora, en este momento con ello?
- ¿Tratas de mantener la esperanza y la confianza en Dios en tu vida diaria?
- ¿Intentas transmitir esa esperanza y confianza en Dios a los que te rodean?
- ¿Anclas tu vida en el pasado, en lugar de proyectar tu futuro teniendo en cuenta el presente que estás viviendo?
- ¿Crees que Dios está construyendo para ti y para la humanidad un futuro nuevo? ¿Qué señales percibes a tu alrededor?
VIDA – ORACIÓN
Salmo 122
1El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién podré temer? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿ante quién puedo temblar?
2Cuando me asaltan los criminales para destrozarme, son ellos, mis opresores y enemigos, los que tropiezan y sucumben.
3Aunque un ejército acampe contra mí, mi corazón no teme; aunque una guerra estalle contra mí, estoy tranquilo.
4Una cosa pido al Señor, sólo eso busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida para gustar la dulzura del Señor y contemplar la belleza de su templo.
5Él me dará cobijo el día de la desgracia, me esconderá en lo oculto de su tienda, me subirá a lo alto de la roca;
6así mi cabeza dominará a los enemigos que me cercan, en su tienda podré ofrecer sacrificios entre aclamaciones, cantando y ensalzando al Señor.
7Escucha, Señor, mi grito suplicante, ten compasión de mí, respóndeme.
8De ti mi corazón me ha dicho: «Busca su rostro»; es tu rostro, Señor, lo que yo busco;
9no me ocultes tu rostro, no rechaces con cólera a tu siervo; tú eres mi auxilio, no me abandones, no me dejes, oh Dios, salvador mío.
10Mi padre y mi madre me han abandonado, y el Señor me ha recogido.
11Enséñame, Señor, tus sendas y guíame por el camino recto, pues me están acechando;
12no me entregues al capricho de mis perseguidores, pues se han alzado contra mí testigos falsos que respiran violencia.
13Yo estoy seguro que he de ver los bienes del Señor en el mundo de los vivos.
14Espera en el Señor, ten ánimo, sé fuerte, espera en el Señor.