VERDAD – LECTURA 
Hoy, IV domingo de pascua, celebramos el domingo del Buen Pastor y la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Día especialmente indicado para orar por las distintas vocaciones dentro de la Iglesia y también para que los llamados, que somos todos dentro de la Iglesia, pues todos hemos recibido una misión dentro de ella, reflexionemos sobre nuestra vida y cómo hemos acogido y llevado a cabo la llamada de Dios. Estamos celebrando el Año de la Vida Consagrada, por lo que es también una ocasión única para orar y promover dicha vocación.
El evangelio de hoy nos muestra la figura del Buen Pastor, referente y modelo para todos los llamados; cuya característica principal es la de dar su vida por los suyos, y los suyos son toda la humanidad. Para poder dar la vida por los demás es imprescindible tener amor. Un amor incondicional y sin esperar nada a cambio. Un amor capaz de dar no sólo la vida cuando la ocasión lo requiera, pues esta circunstancia es posible que nunca se de, si no a uno mismo en el día a día. Pero, además, Jesús viene a darnos la vida en plenitud.
En contraposición con el Buen Pastor aparece la figura del asalariado. El cual se ocupa del rebaño por interés, por dinero, por lo que en caso de peligro abandonará el rebaño.
Una segunda característica del Buen Pastor es que conoce personalmente a cada una de las ovejas del rebaño, las llama por su nombre. Pero, también las ovejas conocen al pastor, por lo que entre ambos se establece una relación de conocimiento experiencial. Las ovejas han experimentado la relación con el pastor. Este es el conocimiento que nosotros debemos tener de Jesús nuestro Buen Pastor. Esta relación es la misma que se establece entre el Padre y el Hijo. Una relación fundamentada en el amor. Un amor que Jesús quiere hacer llegar a toda la humanidad. Pues toda la humanidad es destinataria del amor del Padre y del de Jesús.
Una tercera característica del Buen Pastor es que nadie arrebata la vida a Jesús, sino que la entrega voluntariamente, por eso la recobrará. Al igual que Jesús, aquel que entregue su vida por amor, la recobrará, pues el amor es fuerza vital que engendra vida, vida en abundancia y vida en plenitud.
CAMINO – MEDITACIÓN
• ¿Qué versículo, frase, palabra ha llamado especialmente tu atención? ¿Qué sentimientos despierta en ti? ¿Qué querrá decirte Dios con ello en este momento concreto de tu vida?
• ¿Sientes a Jesús como tu Buen Pastor? ¿Estás atento/a a su voz? ¿a su Palabra?
• Y tú ¿eres buen pastor para los demás? ¿estás dispuesto/a a asumir en tu propia vida las actitudes vitales de Jesús y vivirlas en tu vida cotidiana?
• ¿Qué tipo de amor es el que sientes por las personas que te rodean? ¿Por la humanidad?
• ¿Serías capaz de entregar tu vida por amor? Y no me refiero a circunstancias excepcionales, ¿sería capaz de dar la vida poco a poco día a día?
• ¿Cómo es tu conocimiento de Jesús? ¿Lo conozces únicamente de oídas? ¿Has experimentado una relación verdadera con Jesús? ¿Has experimentado al Dios de la vida? ¿A Jesús Vida para tí y para toda la humanidad?
• ¿Cómo transmites ese amor de Dios incondicional a los demás?
VIDA – ORACIÓN
• Alaba a Dios por el regalo del amor incondicional que nos tiene a todos sin esperar nada a cambio
• Da gracias a Jesús por pertenecer a su rebaño, porque te ama hasta dar la vida por ti, por permitir que le puedas experimentar en el día a día.
• Al igual que Jesús, ofrece tu vida al Padre, nadie te la arrebata, la entregas por amor y el amor hará que la recobres.
• Pide a Dios Padre el don del Espíritu, que te haga acoger su amor infinito y saberlo transmitir a todos aquellos con los que puedas encontrarte en el camino de la vida.
• Comprométete a ser portador de Amor en el mundo que te rodea.